lunes, 19 de septiembre de 2011

ER – III BIMESTRE – 2do de Secundaria

JESÚS EN LA SINAGOGA

Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: « ¿No es éste el hijo de José?».

1. ¿Qué es una sinagoga?

Concepto etimológico de “sinagoga”

La «sinagoga» es el lugar de culto judío. El término «sinagoga» proviene de la palabra griega synagogé que significa reunión y traduce la palabra hebrea «kenesseth».

La «institución sinagogal» tiene su origen, al parecer, en el exilio babilónico, cuando los judíos, lejos del Templo de Jerusalén, se reunían en las casas particulares para la lectura de la Escritura y para la oración. Es muy posible que pueda considerarse a Esdras, el escriba, como el verdadero fundador del culto sinagogal en Tierra Santa: él es en efecto quien instituyó la lectura pública de la Ley (Torá) en las tardes del sábado, así como los lunes y jueves, días en los que las gentes de los pueblos iban a la ciudad para el mercado.

2. La sinagoga y la historia del pueblo de Israel

La institución sinagogal gozaba de crédito en el pueblo de Israel y lo prueba el hecho de que existía una sinagoga al lado mismo del Templo de Jerusalén, donde, según el testimonio del, el gran sacerdote leía la Ley y recitaba las bendiciones.

Unánimemente se reconoce que gracias a la existencia de la institución sinagogal el judaísmo pudo recuperarse de la destrucción del Templo y de la catástrofe nacional del año 70 d. C. Al finalizar esta guerra el partido político-religioso de los fariseos desaparece y los cristianos comienzan a predicar fuera de Israel y a «gentiles».

3. Jesús y la sinagoga

Los Evangelios mencionan frecuentemente la palabra sinagoga en diferentes circunstancias de la vida del Señor. Las menciones que se hacen de ella algunas son positivas y otras negativas.

Entre las menciones positivas que los Evangelios hacen de la sinagoga están:

a) Es en una sinagoga donde Jesús comienza su ministerio público;

b) Es el lugar a donde acude en los pueblos que iba a predicar.

c) También dentro de la sinagoga hace una serie de milagros o es llamado para sanar.

d) Incluso, durante el juicio que a Jesús le hicieron las autoridades religiosas en el Sanedrín, les dice que pregunten a las personas que le han escuchado predicar en la sinagoga, pues es en ese lugar solía predicar su doctrina abiertamente.

Pero no todo lo que nos dicen los evangelios sobre la sinagoga era positivo.

Entre las menciones negativas están:

a) En ella se dice que Jesús era vigilado por sus enemigos, para ver si realizaba milagros en sábado para poder acusarle.

b) El Señor también advierte a sus discípulos que serán perseguidos por los jefes y miembros de la sinagoga y que serán castigados por su causa.

c) También les advierte que serán interrogados, pero que contarán con el apoyo del Espíritu Santo.

Podemos concluir que para Jesús no le fue ajeno el ambiente de la sinagoga: fue el ámbito donde inició y desarrolló, en buena parte, su predicación; donde seguramente conseguiría a muchos de sus seguidores. Pero poco a poco fue separándose de ella, como lo señalan, indirectamente las palabras del Señor de que sus discípulos sufrirán persecución por su causa. Esta separación se consumaría en la época de los inicios de la Iglesia, cuando ésta se separe definitivamente del Judaísmo.

Jesús en la Sinagoga de Nazaret (Lc 4, 16 - 21)

«Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó.

En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy»

De este texto podemos decir, entre muchas cosas, lo siguiente:

• El contexto histórico próximo del pasaje: que Jesús, tras su Bautizo en el Jordán por Juan Bautista y su retiro al desierto para ser tentado por el demonio, regresa a Galilea. Allí se encuentra con que Juan el Bautista ha sido cogido preso por el rey Herodes Antipas.

• La enseñanza del pasaje: que se puede usar textos del Antiguo Testamento para aplicarlas a Cristo. Esto quiere decir que en la persona de Cristo se cumple todo lo anunciado por Dios en la Revelación divina.

Un milagro dentro de la sinagoga: la curación del hombre de la mano seca (Mc 3, 1 - 6)

Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho los fariseos a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.

Jesús le dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.» Y les dice a los fariseos: « ¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces, Jesús, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano.

En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.

Hemos mencionado anteriormente que el Señor era vigilado por sus enemigos para ver si curaba en sábado para así poder acusarle. A continuación analizaremos el relato.

Entre las enseñanzas que nos transmite este texto cabe destacar:

a) La presencia de Jesús en la Sinagoga.

b) En ella se manifiesta tanto su divinidad como su humanidad.

c) En este milagro Jesús manifiesta su poder de salvar al hombre del mal que amenaza al alma.

d) Jesús tenía enemigos (los fariseos y saduceos).

4. La Iglesia, la Sinagoga y el Judaísmo

Tras la Ascensión del Señor y fiel a su mandato de «id y predicad el Evangelio a todas las naciones», los Apóstoles y discípulos se dedicaron a cumplirla. Sabían que la misión no les sería fácil, pues el mismo Señor les había anunciado que serían perseguidos por su causa, para ser ajusticiados y castigados. Pero sabían, porque el Señor se los había prometido, que no estarían solos, en su misión evangelizadora.

Los Apóstoles y discípulos se dedicaron al principio a predicar el Evangelio al pueblo de Israel y para ello se dirigieron a las sinagogas, donde seguramente conseguirían a nuevos seguidores de Cristo. Tal sería el éxito de su predicación en Jerusalén que pronto provocó la envidia de las autoridades religiosas de Israel. Estas encarcelaron a los Apóstoles para juzgarlos al día siguiente, pero, por temor a una posible revuelta del pueblo, decidieron dejarlos libres tras mandarlos azotar como advertencia de que no volviesen a predicar en nombre de Jesús. Pero esto no aminoró la actividad apostólica de los Apóstoles. Hasta el año 70 d. C., fecha de la destrucción de Jerusalén y del segundo templo, no hubo un corte nítido entre los seguidores de Jesucristo y el judaísmo.

La Iglesia primitiva era, dentro de la religión judía, un movimiento profético que tenía una propuesta para los sectores socio-político, económico e ideológico; pero también para la vida personal. Poco a poco quedó claro que se trataba de una nueva propuesta religiosa y el cristianismo terminó separándose del judaísmo.

 

1. ¿Qué es una parábola?

Definición etimológica

La parábola como indica su nombre (del griego parabollé), es una especie de problema propuesto a los que escuchan, mediante una semejanza o comparación, más o menos desarrollada.

La parábola constituye un género literario en que se elige un fenómeno de la naturaleza, un incidente, una escena de la vida ordinaria, un hecho real o imaginario, pero absolutamente posible, probable y aun corriente. Y bajo el relato que de ellos se hace, se envuelve como en un velo material la idea que se quiere destacar, ilustrar o comprobar, ya sea de orden moral, religioso o sobrenatural. Sirven de término de comparación, colocando al nivel o al lado de la verdad que se intenta inculcar una imagen, que la hace más sensible y viva.

2. Jesús hablaba en parábolas

Hay que tener en cuenta que de Jesús nos interesan tres cosas: saber quién es, qué hace y qué dice. Si prescindimos de las parábolas, prácticamente no podríamos saber lo que decía Jesús; y si nos quedamos sin saber qué dice, gran parte de la Buena Noticia desaparece. Por lo tanto, estudiar las parábolas es lo mismo que enterarse del mensaje de Jesús, y prescindir de ellas es lo mismo que no conocer ese mensaje.

¿Por qué Jesús hablaba en parábolas?

Ya hemos visto que Mateo 13, 34 y Marcos 4, 34 llegan a decir que Jesús hablaba a la gente solamente en parábolas. A continuación veremos que estos dos textos paralelos tienen gran importancia, porque explican por qué lo hacía:

Marcos 4, 33 – 34

Mateo 13, 34 – 35

Con muchas parábolas semejantes les exponía el mensaje, adaptado a su capacidad. Sin parábolas no les exponía nada, pero en privado, a sus discípulos, les explicaba todo.

Todo esto se lo explicó Jesús a la multitud con parábolas; y sin parábolas no les explicó nada.

Esto nos introduce en el tema, muy discutido, de «por qué» hablaba Jesús en Parábolas. Acabamos de ver una explicación, dada por Marcos y Mateo. En esta explicación, Jesús busca la claridad: habla en parábolas porque quiere que todos le entiendan, para ponerse a la altura de su auditorio, lo que no impide que, cuando al atardecer se van a casa a comer, alrededor de la mesa les explique más detenidamente todo a sus discípulos.

3. Clasificación de las parábolas

Las parábolas, según el modelo más seguido, se suelen clasificar del siguiente modo.

1. Las parábolas del Reino

2. Las parábolas de la misericordia

3. Las parábolas de la urgencia y la reprobación.

Al grupo 1 pertenecerían las parábolas que Jesús dijo en Galilea, en torno al lago, correspondiendo a la primera época de su predicación.

El grupo 2 se refiere fundamentalmente al capítulo 15 de Lucas, ese gran inciso propio del tercer evangelio, tan nuclear en el mensaje de Jesús.

El grupo 3 se atribuye a su última etapa, en Jerusalén. El clima luminoso y esperanzado de Galilea ha cambiado. Jesús mismo se ha hecho más radical y su enseñanza se ve afectada por el rechazo de las autoridades y por la inminencia del desenlace.

4. Interpretación de las parábolas

Debemos tener en cuenta tres dimensiones a la hora de leer las parábolas e interpretarlas para extraer conclusiones correctas que se ciñan a lo que Jesús quiso transmitir al contarlas. Estas tres dimensiones son: histórica, literaria y hermenéutica.

a) Histórica: Fijándonos en el contexto histórico y social del momento.

Procurando ver la parábola dentro del marco cultural del pueblo de

Palestina en los tiempos de Jesús, sobre todo los modos y costumbres de la época.

b) Literaria: Viendo la parábola como una creación literaria que respeta las normas de composición literaria en cuanto a narrativa, alegoría, retórica, etc. sin caer en una lectura de las parábolas como tratados doctrinales de teología.

c) Hermenéutica: Intentando interpretar la parábola de forma correcta y aplicarla a la realidad actual.